La versión más acreditada del nacimiento de Marsala como vino fortificado (o fortificado) se centra en la figura del comerciante inglés John Woodhouse que en 1773 desembarcó con el barco en el que viajaba en el puerto de Marsala. [
Según la tradición, durante el descanso tuvo la oportunidad, junto con el resto de la tripulación, de degustar el vino producido en la zona, que fue envejecido en barricas de roble asumiendo un sabor similar a los vinos españoles y portugueses muy comunes en ese período en Inglaterra.